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Una linda historia del Club Deportivo Arco Iris.

En 1927, en plena primavera, en un año de ajustes políticos sociales en Chile; Chiloé aún seguía aislado del continente por la dificultad de conectividad y en particular Castro, estaba en proceso la implementación del tren de trocha angosta que unía Castro a Ancud, “cuyas vías llegaban hasta el mismo puerto para dejar su carga de productos agrícolas y ganaderos” (D. Montiel).

Ese era el escenario con un recorrido de aproximadamente 8 horas de Castro a Ancud, en el “trencito”, el cual se podía reducir a 4 horas con la “góndola”, pero con un precio más alto para cualquier joven. Así transcurría, la vida en los años `20, La vida de los habitantes de la comuna era muy intensa. Las entretenciones eran los “malones”, las juntas sociales, políticas y especialmente las deportivas.

Por esto, era necesario hacer un recorrido por conocidas personas ligadas al fútbol de Castro, en particular del Club Arco Iris, en el año que cumple 90 años como institución deportiva.

Don Ramón Cárcamo, “Moncho”, hijo de uno de los fundadores del Club Arco Iris, jugador y dirigente, señala “según mis antecedentes existía dos grupos deportivos los “arribanos” los de arriba (ríe) sector calle blanco plaza y barrio Gamboa y los “abajinos” sector puerto. De ahí nació “Estrella del sur” y “Arco Iris “en 1927”.

De acuerdo a datos de Antonio Bórquez, (dirigente del Club Arco Iris, en los año ’80), el 7 de abril, se crea “Estrella del Sur”, y el 7 de noviembre Arco Iris.

Según un diario de la época, señala: “el domingo 9 tuvieron reunión en la casa del Sr. Alfredo Marzán, más o menos unos 15 jóvenes, donde se echaron las bases de un club de fútbol, en el que se eligió el directorio en la siguiente forma:

Presidente honorario; Antonio Cárcamo; Presidente efectivo Fidel Cárcamo; Secretario, Carlos Díaz; Tesorero, Horacio Barría. Después se entro a nombra al capitán  Sr. Álvaro Márquez, regirá sus años de vida, como “El Arco iris F.C”. y ahí comienza todo, anunciando en el diario desafiando a un “match” amistoso a cualquier equipo que se presente.

El primer Presidente fue don Fidel Cárcamo, con él apoyando estaban: Ramón Cárcamo Márquez, Alfredo Márquez, Eduardo Márquez, Tirso y Manuel Montiel, Alfredo Marzán. Estaban también, Tito Márquez (el papá del Gringo); Pedro Velásquez Bontes (mi suegro), este es el grupo que viene a formar el Club, comenta Moncho.

Los primeros jugadores: Ramón Silva; Álvaro Márquez; Pedro Tecol; Carlos Cárcamo; Carlos Cárdenas; Manolo Cárcamo; Alfredo Marzan; Tirso Montiel; Manuel Montiel; Antonio Cárcamo; Zoilo Cárcamo; Efraín Bórquez.

“Posteriormente ingresaron otros, que dieron lustre al Club y al Fútbol castreño”.

El primer tiempo las reuniones se hacían en las casas familiares, esas eran las sedes, en la casa de Ramón Cárcamo, ahí donde está la casa de Crecente Haro (en calle Gamboa). La Sra. Mirna (esposa de don Moncho)  dice “luego también se juntaban en Tesorería, porque don Tito era tesorero comunal”.

El “Arco”, era una familia, acota Mirna Velásquez, hija de Pedro Velásquez Bontes, otro fundador de este Club.

Mis padres vivían en este sector dice “don Moncho”, mi padre en Blanco y mi mamá en Calle los Carrera; él era jugador y luego presidente.

La mayoría de las instituciones, cuando comenzaron  funcionaban en la casa de mi padre acota Mirna. Mi papá cuando era dirigente, aconsejaba a los cabros…

Alejandro Rogel (pejerrey), manifestó en conversación, yo me sentaba al lado de Pellico Velásquez, en el estadio él se sentaba en la mitad.

El diario La Voz de Castro, el año ’30, informaba que el equipo estaba compuesto por Barría; Subiabre; Gutiérrez; Gómez; Manuel Cárdenas; Vittorio Ursini; Alfredo flores, Alejandro Alvarado, Luis Araneda, Eduardo Valderas; Julio Cárcamo, Alejandro Tirachini, Homero, Olmos.

El club lo formaban familias completas, estaba “Don Nano” Bórquez, quien también fue dirigente, Guillermo Haro, (abuelitos de la Kena Haro)… los más antiguos, la familia Márquez, con Alberto, Tito y Emilio (el papá de “Milito” Márquez, quien después tuvo una librería). Todos del barrio Gamboa, don Álvaro Márquez, papa de Leónidas, que vivía en la esquina (abuelo de Jaime Márquez)

Don “Moncho”, con una foto de 1939, mostró uno de los primeros equipos, en donde se encontraban: Flores, Alberto Márquez, Luis Barría, Luis Araneda, Victorio Ursini, Abraham Barrientos, Eduardo Valderas, Álvaro Márquez, Julio Cárcamo, Alejandro Tirachini, Alejandro Alvarado, Manuel Cárdenas.

Don Teodoro González, “Tolo” (medio campista), quien por muchos años jugó con la camiseta Nº 2, recuerda “Moncho”: “yo empecé a los 11 años… estamos hablando del año ’55”. El Arco entrenaba en la cancha de la Escuela Nº1, don “Tolo”, vivía al frente, en San Martín con Ramírez, donde ahora se encuentra La Araucana. “El cerco de la Escuela era de madera, yo entraba ahí, donde estaba el grupo escolar, adelante había una “canchita” … yo atravesaba y llegaba al Arco Iris… y ese año por casualidad, hubo dos competencias, entre Arco Iris y Estrella, no había divisiones inferiores, el presidente de la Rama de Fútbol de un grupo de niños era Guillermo Alvarado…

Mi papá continua, Don “Tolo” era de Estrella, yo llegué a la escuela a mirar no más… y luego me hicieron jugar, también jugué por la selección de la escuela.

Los Magiares de Castro.

Con admiración y como si estuviera viendo a los jugadores de “Arco” de la época, Don “Tolo”, recuerda “perfectamente el mejor equipo que ha tenido y he visto”

Y al “Arco Iris”, le decían “los magiares;  este es uno de los diversos nombres que recibe el equipo de la selección de fútbol de Hungría, el año 1954 «los magiares poderosos» o los «magníficos magiares».

Don Tolo cuenta: “me acuerdo perfectamente de los jugadores, algunos de ellos; René García, “el Colde”,  cuando Castro fue a Punta Arenas lo contrataron. También estaban el “guatón” Yáñez; que era profesor en Quemchi luego fue Capitán de un equipo de Colchagua; Ernesto Urbina; Raúl Saldivia; Sarcovic; Raúl Vera, le decían “maquinita”, Samuel Alarcón y Héctor González. Gallardo y Mario Vera, era un profesor que era zurdo… fueron campeones dos o tres años, me acuerdo con admiración, cuando yo tenía 11 años”.

Eleazar Vera, contó que llegó en esa época al Arco, después de estar en Marítimo, sus comienzos fueron en Ferroviario, en las series menores, porque vivía en Luis Espinoza; ahí Alfredo Hernández, nos juntaba en el barrio, después me fui a “Arco”, partí jugando en la primera serie infantil, después juvenil y adulto desde los 17 años”.

Señala que los chuteadores eran de suela cocida, se hacían en la zapatería con clavos, eran peligrosos, antiguamente no se jugaba con canillera, y el balón era de “correones” que se amarraban y cuando llovía no se podía jugar la pelota era muy pesada, no como hoy.

En tanto “Moncho”, expresó: “yo ingresé de cabro chico, usábamos chuteadores de zapatería, con pepas de clavos, la cancha estaba donde está el Politécnico ahora, yo nunca fui una maravilla.

Don Tolo, manifiesta a los 11 años jugaba con los de 15 años, como Julio Utrovicich, todos mayores que yo. Luego estaba jugando a los 13 años, en segunda serie y jugué a los 15 años en primera serie. Cuando tenía 15 años fui llamado a la selección de Castro, estuve con Tito Caro (Agustito o Ramón tenía dos nombres) Jugamos con el equipo de primera me tenían de reserva y jugamos con Green Cross, yo jugué en el estadio, quedaba donde estaba la cancha dos, era de tierra.  Se estaba construyendo el estadio de ahora…

En ese entonces fuimos al Club Radical que estaba en la esquina de en la plaza, cuenta Tolo donde don Mateo Miserda y el Presidente era Marmaduque  Bórquez, y me pregunto mi edad, me vio muy joven – ¿qué edad tiene usted?- yo le dije – 18, le pase el carnet y era muy joven  para la selección del año 59, era el último provincial, donde jugó Chonchi, Ancud, Castro y Quellón, fue la última vez, en vez de hacerme un favor no me dejaron jugar dos años, en ese año se podía jugar con 17 años y un certificado médico del Dr. Tapia o el Dr. Barrientos.

En algún momento de estos años se funda al alero de “Arco Iris”, “Alas Gamboa”. Jorge Avila, explica que este equipo se formó con la gente de la Plazuela y barrio Gamboa, como Maquinita, Osvaldo Mancilla, todos de raíces del “Arco” Eran del puente hacia allá… ríe… Don Tolo, relata que ahí se fueron “Manuelito” Vidal, los hermanos Mansilla, pero todos ellos del Arco, que formaron el “Alas”.

 

Años ‘60

Ya en el año ’60 Antonio Bórquez, expresa que se jugaba todos los fines de semana, se disfrutaba mucho. El 22 de mayo, había un campeonato de barrios los de “los Carrera” contra los de Pedro Montt, se estaba definiendo el tercer y cuarto lugar; nosotros jugábamos de fondo, empezó a temblar, y salimos corriendotodos del estadio, hacia nuestras casas, nadie sabía que pasaba…

El estadio estaba en calle Freire, no había prácticamente nada. Nosotros comenzamos a jugar, vivíamos en calle Galvarino Riveros, después del hospital estaba nuestra casa y era pampa, no había nada más. Nosotros éramos 4 hermanos hombres y 3 mujeres, más las primos y “se armaba la pichanga”, Nano, Gerardo, Jorge, Miriam, Gloria, Luchito Araneda. La Miriam, (hermana mayor) era fanática de Arco.

Después del Terremoto, el Club Arco Iris, cumplió una gran labor social, Eleazar agrega con “Moncho”, fuimos a ayudar a los niños de la Población Manuel Rodríguez, ellos venían de la Calle Pedro Aguirre Cerda, todos fueron erradicados. Hicimos una campaña, se hizo mucha labor social, no era sólo un equipo deportivo, también social.

…ahí estaba el guarda útil (utilero) estaba “Canarito”, recuerda con cariño Eliana Andrade (esposa de Antonio Bórquez).

Posteriormente, asume como presidente del Club, Arcadio Pérez, quien continuó aportando su trabajo e incentivando diversas actividades deportivas y sociales. Estuvo a cargo del avance de la sede social.

Con su particular voz pausada, un poco ronca por el cigarrillo, Don “Tolo” (Teodoro González) dijo, “voy a contar algo que nadie sabe, aquí hubo un gran movimiento basquetbolístico, en Arco, Estudiantes y Alas Gamboa. En los años 58 al 61 y 62, cuando se quemó el gimnasio… que desapareció; el “Arco era campeón; a veces ganaba Estudiante (ríe)… el equipo de “Arco Iris”, era un equipo de básquetbol conformado por puras familias, jugaban la hermanas Ruthy y la Elly Miranda. La Coca y su prima Betty Segovia; también “Las Aranedas”, Bélgica y su hermana, ellas armaban el equipo y cuando terminaba el basquetbol femenino vino una seleccionada Chilena. El básquetbol femenino, se acabó, nunca más en la historia del deporte de Castro,  como se jugaba en esa época”… Don “Tolo”, yo también jugué por la selección de basquetbol de Castro, por muchos años”.

Don Tolo, recuerda, que la primera vez que fue presidente fue el año 1962, de puro patudo… yo recién venía saliendo de 6º humanidades, tenía 18 años, pero fueron pocos meses, y ahí el segundo período fue cuatro años después, con una buena directiva, yo era el presidente y los pensantes, eran ellos, “Moncho Cárcamo”; Eleazar Vera, Droget, Flores Petit. Nos reuníamos todas las semanas y noche por medio jugamos brisca. Era una junta de amigos. Empezamos a trabajar e hicimos el segundo piso de la sede, la parte interna, techo y tingle, ya estaba la estructura.

“Koky” Avila, relató que en el año ’64, en mis tiempos infantiles, jugué de delantero y subí porque se lesionaron los hermanos Gómez, y yo reemplace a Nelson con 16 años.

“En el ámbito deportivo, a fines de los ’60 provocaba un tremendo entusiasmo, siendo parte fundamental de la vida castreña, la ciudad se identificaba con el fútbol” (D. Montiel, Crónica cotidianas de los años 60 y 70)… en el Club Arco iris, uno de los principales socios, fanático por el equipo, fue el conocido Antuco Marzan, detrás del arco, con su manos en los bolsillos, gritaba a cada rato; el arco!. El arco!

“Ese viejito un símbolo del Arco Iris, con unos traguitos” gritaba y anunciaba al equipo “Viva el Arco”, cuenta “Koky” Avila, quien agrega, “me fui a Santiago el año ‘67 y ’68, me fui a probar a todos los equipos, mi hermano era militar, en la villa de los militares  tenía un viejo conocido, socio de Colo Colo, y estuve en las inferiores, estuve un par de meses, ahí vi a jugar a Carlos Caszely, el goleador de Colo Colo, en la juvenil.

También vimos jugar a Chirino, arquero de Audax Italiano el año 68, ¡una leyenda!

Primeras Canchas de fútbol y pichangas.

            Los primeros pasos de los jugadores fueron las canchas en donde jugaban una “pichanguita”…

Eleazar Vera (la biblia como lo señala Koky), como muchos de los entrevistados… Yo nací jugando, era de niñito, me gustaba el fútbol, en ese tiempo estaban haciendo el Molo, donde había unas bodegas, ahí había una cancha  grande de pura tierra que estaban rellenando, con los materiales de Pedro Montt y Lillo.

Jorge Avila, Alejandro Rogel, Hugo Valín, conversan como si tuvieran 18 ó 20 años, recuerdan: Hugo – Yo me crié en el “Arco”,  en Luis Espinoza, nos vinimos con mi familia el año 1968 – íbamos a la cancha frente al Club  Aéreo, donde ahora está la Villa Guarello, era pura tierra… quedábamos negros. En tanto Koky, dice jugábamos en un canchita donde ahora se guarda la leña del Liceo, jugábamos con Marítimo, de la calle Blanco, con “Los Latiff”, También “Los Toros”, con los “estrelleros”… íbamos a todas las canchas, recorríamos Castro entero. Valin, dice también en “tooo rico” y donde los abuelos de Colún en las canchas de los Raipillanes…

Los jugadores del centro de las calles, Serrano, Latorre, Luis Espinoza del barrio de la Plazuela eran todos arco; llegamos por don Luis González, él nos llevó a todos… nosotros jugamos en una canchita donde ahora está la Cruz del Sur, cancha de los Padres Franciscano, también jugamos donde está ahora el Mall, en las canchas de Pedro Montt, pampa de las monjas, de ahí era Marítimo y Estibadores,  en la cancha de la escuela; jugábamos contra los Estrelleros”.

Cualquier espacio era una cancha para jugar su deporte favorito.

Eleazar, recuerda que el estadio fue empastado el año ‘63, y se hizo una inauguración con el equipo de Colo Colo – imagínese lo que significó para Castro –

Actividad social.

En los años ’60 fue presidente del Club, Luis González Marzan. Se constituyó también el Comité Pro sede social, presidido por Alberto Márquez junto a Orlando Bórquez, Luis Araneda, Eduardo Márquez. En esta época también estuvo Arcadio Pérez.

Para levantar el edificio, techo y tingle del Club, costó mucho esfuerzo, se hicieron “malones” y otros beneficios, para generar ingresos.

Ya en los ’70 don Orlando Bórquez, fue impulsor permanente de las actividades del Club, tanto en lo deportivo, como social, se preocupó en la época de formar la rama femenina de la Institución, con el apoyo de su esposa.

Eliana, (nuera de Orlando), relata que “trabajé en el comité de damas, también Miriam y Nélida, hijas de Orlando, y también estaban las esposas de los jugadores, quienes integraban el comité. En ese tiempo, trabajamos por la compra del terreno, que era de bienes nacionales y el comité de damas logró pagar eso…, íbamos todas las tardes a vender papas fritas a la plaza, eso hace 32 años atrás – todos los días pelábamos 1 saco de papas – nos dieron 48 cuotas para pagar, las pagamos antes del plazo…la gente del Club era muy unida, todos trabajaban, actualmente pocos apoyan. Los jugadores eran gratis, todo se perdió. Ahora hay que pagarles a todos.

Dejamos una buena organización, en ese tiempo, empezamos a trabajar en el festival costumbrista donde conseguimos un modulo. Hacíamos papas fritas, luego la elección de reina, ganamos con Paulina Velásquez, le ganamos a los Bomberos – nadie les ganaba a ellos- Y luego a la fiesta de gala del Politécnico, de ahí al Parque, al Festival Costumbrista. Muchos días de trabajo, un mes vendiendo papas fritas, posteriormente la fiesta de gala… pero se pago todas la cuotas, antes de tiempo.

Tolo González, expresa que en ese período, era cabro de 15 años, fui a ayudar a los diversos “malones”, para juntar plata para hacer la sede, estaba de Presidente Luis González y presidente de la Comisión Sede Héctor Márquez, papa del gringo Márquez Gerding.

Esa sede se hizo a pulso, antes ahí, estaba la Biblioteca, era la puerta adelante del acceso por Gamboa.

Se hacía mucha labor social, no solo equipo deportivo, sino el grupo que estaba integrado para la construcción de la sede social. (Eleazar)

… Toda la familia del jugador era del Arco Iris, dice don Moncho, 2en este sentido, tíos, abuelos, todos cooperaban; estaban Lilo, Eliana, la gente de la rama de basquetbol, Checo Nato,  Antonio Bórquez, la Gladys, Eleazar”.

También Armando Álvarez, Betty Segovia, Tito Aguilar,  Julio Utrovicic, toda la familia de Nano era del Arco iris, Lucho Alderete, Erasmo con Anita.

 

Ámbito Futbolístico y tantas otras.

Un diario de la época, señala “el equipo de ¡Arco”, se destaca entre los mejores cuadros castreños.

“Tolo”

Tolo González, estuvo en la selección b del año ’59, para el provincial, estaba en Arco jugando en primera, luego baje segunda y luego primera; jugué toda mi vida, no conocí otros clubes.

Jugué desde los 11 años en actividad hasta los 30 años. El Nacional del año ‘74 no pudimos jugar, después jugué por los viejos crack, al tercer año no quise jugar, me dio pena ver dos equipos de viejos que comenzaron a darse patadas, juegan los que corren no los que tienen cabezas. No soy amigo de las patadas. Los antiguos jugadores lo recuerdan como un jugador de juego limpio, de un buen comportamiento.

Hubo épocas, en que la selección de Castro, era completa de “Arco”. Y esos jugadores se mantuvieron no cambiaron de Club. Un jugador es bueno, cuando se prolonga en el tiempo… y ahí están Gastón Barrientos, Tito Caro,  quienes llegaron cuando  desapareció Ferroviario, Eleazar, que llegó del Marítimo Año ‘59 y nunca más se movió, era el más trabajador.

Don Tolo fue entrenador de la selección juvenil de Castro en  2 ó 3 ocasiones que tuvo que defender el título. El año ‘76 para ir a Calama, justo cuando llegó Hugo Oyarzún, el mejor dirigente del fútbol, acota, Tolo,  “cuando faltaba un mes para el campeonato, me pidió ser el DT de la selección adulta, yo no pude, mi Señora estaba embarazada y pensé, no “vaya ser que nazca la guagua”, y justo nació antes, le dije a Hugo – yo te voy a aceptar ser entrenador, pero creo que tendré problemas, se fue “Perico” Oyarzún a Calama. Con el refuerzo que pedí, se armó un buen equipo. Ahí estaban los hermanos Mödinger, muy talentosos; Hernán, que era arquero, también Tampe centro delantero de Puerto Varas; que jugó por Universidad de Chile; Mieres de Llanquihue; Ciro Silva y Flores que era de Valdivia. Salieron 4º lugar, porque tuvo un partido con el dueño de casa y no se pudo eliminar

Yo disfrutaba del fútbol, jugué por la selección de Castro, a mí me interesa que trabajen por los niños, que se creen equipo, antes que trabajen por estar en tercera división, yo iba todos los sábados y domingos al fútbol deje de ir… voy muy poco por problemas bronquiales. Cuando dejé de jugar, fumé y eso significó que afectara mi salud. Con fuerza, señaló, aquí se cometió un tremendo error de las autoridades, explicando que no era necesario hacer una mejora en el estadio, lo primero que había que hacer era una marquesina, teniendo techo, la gente va al estadio y deja ingresos, que gracia tiene tener luces, sino no va la gente…

Cuando estuve en la Escuela de Comercio de Santiago, jugaba en el Sporting National de Ñuñoa, las mejores canchas  por Pedro de Valdivia, los cuatro años,  un delegado de un Club Luis Cruz Martínez de Curicó me quería, me pagaban todo, yo le dije que no, tenía mucho más importancia estar en la Superior de Comercio, ahora me doy cuenta, que daba lo mismo…me perdí la oportunidad 3 ó 4 veces.

Un consejo para cualquier joven que se dedica si le gusta el deporte, yo era fanático, iba a mirar a los que jugaban en el puesto que yo jugaba medio campista…el número 6.

En Santiago, mientras estuve, los martes iba al ascenso;  el sábado estaba en la Católica, atravesaba iba al Santa Laura a la jornada doble y domingo al Nacional.

Había jugadores especiales, Roberto Coll, le decían el “muñeco Coll” jugaba en Palestino, este gallo era extraordinario como mediocampistas; también Mario Ortiz del Colo; de la Chile Roberto Hodge 6, e iba específicamente a Ranger de Talca a ver a Cantatore, tenía pasión por el futbol…

Anécdotas y algunos relatos.

Una vez, ganamos a Estrella, era un clásico; era como si jugara el Colo Colo con la U  y con Estudiantes era como jugar con Católica; siempre nos teníamos hambre…  nuestro archirrival era Estrella del Sur, señala Koky.

Nosotros, después de entrenar los viernes, escuchábamos la batería y las guitarras, nos portábamos mal los viernes y sábado y domingo a jugar.

Pero tengo amigos, continua Koky también jugaban en la misma época, Gazzo, Oyarzún, Navarro, se cuidaban; nosotros no… fumábamos, copete y… al Galpón y a pesar de eso, jugué, hace 12 años colgué los chuteadores, luego con el físico que tenia hice dupla con Checho Toro y 10 años con Tito Caro que jugaba de central, yo le mandaba la pelota medio muertos a los delanteros, anticipaba era rapidito. Recuerda con pillería Koky.

Otra anécdota, relata Eleazar, cuando fuimos campeones tres o cuatro veces seguidas y Brasil fue campeón de todas sus series, quisimos imitarlos y buscamos camisetas del color y le pusimos la insignia del Arco, a la gente no les gustó mucho, así que duró una temporada.

Moncho

Durante la presidencia me correspondió como presidente, iniciar la celebración de los 50 años de arco, en 1977. Esa fue la primera fiesta que se realizó en la Villa Palmira.

Terminamos la construcción de la sede, dimos término a lo que se venía realizando. Se formó una Comisión estuvo presidida por don Tito Márquez, Manuel Pérez, Arcadio Pérez. Era un caserón viejo, una casona muy deteriorada, ahí se echó abajo y comenzó la construcción de la sede, todos los clubes hacían beneficios y la única que había era la nuestra…

El año 2015, recibí el botín de oro, por mi labor cono dirigente, el legado es haber dejado una institución inmersa en la comunidad castreña; es parte de la historia de Castro que ha permanecido junto a Estrella del sur, de ahí nacieron todas las demás.

Yo espero que Arco, siga creciendo, está muy grande, en aquellos años no había proyecciones hacia donde iba, que mantenga  su honestidad, no pierda su humildad como institución, en donde se practiquen principios y valores.

La biblia. (Eleazar)

Yo nací jugando…Fui entrenador de Arco, por muchos años, después presidente de la rama de futbol.

A los 15 años jugué el primer partido por la selección,  amistoso con huracán de Comodoro, jugué como centro delantero.

El año ’74, estuve de ayudante de Matamala, él era entrenador, y estuvimos como ayudantes cinco jugadores de series menores, Toro, Reinaldo Subiabre, Zarges, Tito Caro y yo…

El año ‘81 fuimos a Coyhaique y jugamos con la  selección, yo fui como entrenador,  ganamos con Gobernador  Costa de Argentina y ahí salimos  campeones.

Mi prioridad siempre fue la rama de menores, fui presidente de la escuelita de fútbol por 12 años, en que fuimos campeones en todas las series. Y también creamos el campeonato Chiloé Sur.

Recuerdo como buenos jugadores a los hermanos Agüero, uno es Matrón de Achao, Liborio que trabaja como profesor; Raimundo que trabajaba en el banco, salieron buenos jugadores uno jugó por Huachipato. Formé varias generaciones; padres, hijos, nietos.

En mi época el “Arco” era un equipazo, cuando llegué era un lolo, jugaba Samuel Alarcón, Tito González, (jugadorazo) Raúl Saldivia, (Bombazo) Catato Vera, René García arquero; Hugo Vera “cabecita”, el más antiguo. Luego vinieron jugadores de otra época, jugué con una y luego con la otra generación chapa Oyarzún, Estaban también Neto Maldonado, Tolo y Luis Araneda

“Fuimos un equipo que estuvimos 10 años juntos y nosotros formamos un grupo de amistad, salíamos harto, había menos fondos y salíamos más. Todo se extraña había más camaradería compromiso, amor a la camiseta”.

Hoy día, por plata los jugadores no están en un club mucho tiempo, si juegan bien llegan te ofrecen, el jugador no se encariña con ningún equipo.

Ahora las medallas y los diplomas se entregan a destajo, antes cuando no habían medallas, se juntaban monedas blancas, compraba cintas y hacia un hoyito en la moneda y se les entregaba a los jugadores.

Me gustaría que “Arco” volviera o se preocupara de las series inferiores, de la escuelita de fútbol, la base de toda institución, enseñar valores, no sólo de encargarse de hacer jugar, del compañerismo.

En amenas conversaciones con estos jóvenes de ayer, adultos de hoy, recuerdan con pasión su vida en el fútbol, sin siquiera imaginarse que ellos serían los protagonistas no sólo de la historia de Arco, sino la historia del fútbol y de la vida de Castro.

Aún hay mucho que contar… esta es la vida de un grupo de jóvenes que ahora bordea los 70 y… entre los años ‘50 y ‘70 que disfrutaban de su pasión el fútbol… en su amado Club “Arco Iris”.

 

Gladys Aguilar Sánchez

Periodista

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